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Preguntas frecuentes o FAQS sobre las limpiezas traumáticas
Debido a la falta de información, cuando los bomberos, la policía o la ambulancia acuden a un caso en el que hay un cadáver en descomposición, tienen el reflejo de abrir las ventanas por el olor. Pero el olor estará ahí mientras la fuente esté ahí. Es como sacar un megáfono por la ventana y decir a las moscas: «venid, hay un cadáver». Lo huelen a kilómetros de distancia. Entonces llegan hordas de moscas y ponen cientos de huevos. Los huevos se convierten en larvas, las larvas en gusanos, luego en pupas y finalmente en moscas. Cuanto más cálido y húmedo sea el ambiente, más rápido será el ciclo. Esto lleva unas horas.
Informan de la situación al SMF, que es el único responsable de la asistencia médica en España. Entonces llaman a la policía. El agente de la policía judicial se desplaza al lugar de los hechos y llama a los asesores técnicos, a un agente de la policía técnica y científica especializada y a un médico forense. Si no hay obstáculos forenses para que el cuerpo sea devuelto a la familia, hace su certificado. La policía llama entonces al SMF para que retire el cuerpo. A continuación, el cuerpo se lleva a una funeraria para conservarlo en cajas refrigeradas. Pero la descomposición del cuerpo hace mucho daño a la casa, incluso cuando se ha retirado. Los olores, los insectos y los fluidos descienden por gravedad, y los fluidos son ácidos y corroen los materiales.
Sí, sólo intervenimos cuando el cuerpo ya no está. Pero las partes anatómicas humanas se encuentran con mucha regularidad. Hay más suicidios por armas de fuego que muertes en las carreteras. En la actualidad, en Francia se producen 18.000 casos de muerte al año, entre suicidios, muertes naturales y otros casos que requieren descontaminación tras el fallecimiento.
En el hogar, lo que hacemos es recortar a veces los suelos, el parqué, cuando no se puede limpiar. Esto es lo que llamamos sentido común. No se utilizan litros de productos biocidas para limpiar un suelo poroso que cuesta 4 euros/m2 empapado de sangre. Lo cortaremos de forma muy ajustada, nos lo llevaremos y lo trataremos en una instalación de residuos infecciosos. Por lo tanto, existe un problema relacionado con el olor y con lo patógeno.
El olor de la muerte es como ningún otro. El olor de la muerte huele a muerte. Es indescriptible e impregna no sólo el nervio olfativo sino también todo lo que es poroso y no está barnizado: telas, materiales de decoración, sofás, sillones, ropa de cama, ropa… Nuestro método consiste en hacer el espacio lo más hermético posible y luego ponemos un aparato de tratamiento del aire que trata partículas de 30 micras, filtra los malos olores. Un olor a cadáver puede representarse como un montón de grava cuyos enlaces peptídicos se rompen y que, con un tratamiento químico y esta filtración tan fina, se transforma en un montón de arena.
Al final del proceso, acudimos al lugar con máscaras y cartuchos de filtro, apagamos las máquinas y ventilamos. Después de eso, no huele más. Cuando se huele un olor a muerto, una vez que el nervio olfativo lo ha impreso, lo recordará. Porque todos tenemos una biblioteca olfativa que nos indica que tenemos una memoria olfativa. Si huele a muerte, como no es común, lo recordará al instante. La gente tiende a olerlo durante días, semanas o meses. Sienten que siempre huele, pero es el nervio olfativo el que envía la información de que huele a muerte, cuando no tiene por qué hacerlo. Para restablecer el nervio olfativo, el método consiste en tomar una bolsa sellada de granos de café. Se inhala y se exhala el contenido de la bolsa en un circuito cerrado durante unos minutos y de este modo se restablece el nervio olfativo.
Esto se determina mediante un dispositivo llamado ATP-metro, que depende de la superficie y del contexto. Existen normas para determinados entornos, como la cocina. Fijamos nuestras propias normas porque no existen en nuestra profesión en España. No hay ninguna norma que nos diga que una funeraria o una escenario traumático después de la muerte no debe superar un determinado nivel de bacterias.
Tenemos taladros, cinceles, sierras, motosierras, martillos, destornilladores y lo que usamos para romper las losas de hormigón. Se trata de herramientas utilizadas en las obras públicas. Ayer cortamos un sofá con una sierra, la semana pasada una bañera. Utilizamos equipos sanitarios, para mezclar grifos, tapones para poder abrir el agua sin provocar una fuga. En los casos de insalubridad, como el síndrome de Diógenes, se suele acumular la basura, y tuvimos un caso de una persona mayor que guardaba todos sus pañales. Así que también tenemos equipos eléctricos para tomar medidas preventivas, para cortar el suministro eléctrico, por ejemplo. Utilizamos la escoba plana, es un soporte de velcro plano que nos permite limpiar superficies, el techo, las paredes y que tiene un mango telescópico.